Anda el sector cervecero un poco removido y alterado.
La noticia: Heineken ha comprado el 51% de La Cibeles.
Las matemáticas hacen a Heineken dueña de La Cibeles porque es el máximo accionista, y a partir de ahora decidirá el camino de la cervecera madrileña.
Bueno, ¿y?, diréis. ¿Qué importancia tiene esto? Cada día grandes corporaciones adquieren empresas; es normal que eso ocurra con las cerveceras.
Lo que hace este caso especial es que el fundador y máximo responsable de La Cibeles, David Castro, era el presidente de la Asociación Española de Cerveceros Artesanos e Independientes, AECAI.
La eficiencia y diligencia de David en sus función de presidente de AECAI no han bastado para probar su compromiso con el sector.
Conocí a David allá por el 2011, acababa de abrir su primera fábrica. Por supuesto, lo que más me llamó la atención a primera vista fue su calvorota y su corpulencia. A los 10 minutos todo eso quedó eclipsado por una de las inteligencias más perspicaces y prácticas que he conocido.
La vida y, también, la diferencia en nuestras aspiraciones personales nos distanció. Digo esto para que quede meridianamente claro que no tengo ni interés comercial ni personal en posicionarme a un lado o al otro.
Leo en blogs y muros y foros acusaciones de ‘vendido’, de traidor… Un blog vierte sospechas sobre el gremio (y por extensión sobre los agremiados) partiendo de lo que entiende como un indicio claro: la mayoría de las cerveceras que fundaron el gremio han sido compradas por la ‘industria’, así que el gremio es más una lanzadera, una plataforma de proyección empresarial que una agrupación dedicada a la defensa de los intereses de sus agremiados. Con dos cojones.
Quizá es que esas mismas cervecereras, las que en su momento vieron la necesidad de fundar un gremio, son las más avanzadas y las que más proyección de futuro tenían.
Pues yo tengo la impresión de que hay algo de envidia en todo esto.
Ser una mosquita muerta…
Yo agregué a ese señor a Facebook justo el día en que hablaron de él en la tele durante un reportaje y, con unos 50 amigos en común, no tuvo otra reacción que bloquearme sin ni siquiera conocerme. Por lo que a mí respecta ese señor es un cretino.
Este señor ha cambiado tanto desde que yo le conozco que a veces dudo de que sea el mismo señor.